Una herramienta para transmitir valores y empatizar con nuestros clientes
El diseño gráfico hace ya tiempo que dejó de ser solamente gráfico. El desarrollo de nuevas tecnologías más potentes, capaces de soportar archivos más pesados, así cómo la presencia constante de pantallas en diferentes formatos en nuestro día a día, hace que la animación digital haya cogido una fuerte importancia en el terreno del diseño gráfico.
La animación por si sola constituye una disciplina en la que hay multitud de profesionales, expertos en 2D y 3D, animación de personajes y las técnicas más acuradas de ilustración. Desde “El efecto chocobollo” vemos los “motion graphics” cómo una herramienta para potenciar nuestra área principal de focalización: el diseño gráfico. Es decir, la animación es un recurso que tenemos para potenciar nuestros proyectos, independientemente de cuál sea la disciplina del diseño gráfico que estamos tratando. Vamos a poner algunos ejemplos: En el terreno del Branding, sobretodo en marcas de actuación digital se suelen animar los logotipos, ya que esto nos permite dar vida a nuestra imagen corporativa, dotarla de personalidad y enfatizar en los valores que queremos transmitir a nuestros clientes. En el diseño de interacción (web, apps, tabletas u otros elementos interactivos), los diseñadores tienen el deber de trasladar a los programadores los diseños finales, así cómo la interacción de los botones, enlaces y otros elementos animados que se tendrán que programar, por lo que una demo animada de nuestro diseño siempre es una buena solución para aclarar dudas y perfilar detalles. Por último comentar el campo de actuación que seguramente requiere más carga de motion graphics: La publicad y el marketing. Es habitual en estos sectores la realización de spots publicitarios, de banners animados y de vídeos promocionales para apps y webs u otros productos.